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Tenerife se ha convertido en un muy atractivo destino gastronómico. Entre su notable oferta, mi favorito es El Rincón de Juan Carlos, un restaurante que los hermanos Padrón han llevado a primera línea tras muchos años de luchar contra viento y marea en un lugar de complicada situación (Los Gigantes), localidad del sur de la isla alejada de casi todo. Juan Carlos como cocinero y Jonathan como repostero, con el imprescindible apoyo de sus respectivas mujeres, María José Plasencia y Raquel Navarro, derrochando amabilidad y saber estar en la sala y manejando una bodega (una de las mejores, si no la mejor) de Canarias, han conseguido convertir un proyecto familiar que comenzó en 2003 junto a su madre en una referencia, a la altura de esa estrella Michelin que ostentan desde 2016 y que ya se les queda corta.

Sobre todo desde que este año han dado el salto del remoto, pequeño y oscuro local de mínima cocina a un luminoso y amplísimo espacio, con magníficas vistas sobre el mar, situado en la última planta del lujoso Royal Hideaway Corales, en La Caleta de Adeje. Un hotel, por cierto, que de la mano de su director, el gallego Fernando Turnes, está haciendo una gran apuesta por la gastronomía.

El del Rincón es un buen ejemplo de que cuando hay esfuerzo y ganas de hacerlo bien suele llegar la recompensa. Ahora luce como merece la cocina de Juan Carlos Padrón, que juega con habilidad con fondos y salsas para dar intensidad a unos platos en los que siempre son protagonistas los productos locales aunque en elaboraciones abiertas a todo el mundo.

La empanadilla de lechuga de mar rellena de brandada de bacalao, la caballa a la bordelesa, la anguila con angulas a la benedict o el chipirón con ajo negro y limón en salmuera son algunas muestras de esa cocina que año tras año sube su nivel y que se remata con los buenos postres, frescos y ligeros, de Jonathan.

Entiendo que hay que renovarse, pero en el menú de este año he echado en falta el gran plato de Juan Carlos, uno de esos pocos que permanecen en la memoria: los raviolis de parmesano en caldo de lentejas. Una elaboración que refleja perfectamente lo que es la cocina de Padrón: sabor, técnica, elegancia, limpieza. Disfruten de Tenerife y de este Rincón de obligada visita.

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