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Benjamín Lana, presidente de la división de gastronomía de Vocento y vicepresidente de Madrid Fusión. M.R
«Hay más personas interesadas en las cosas del comer que en el fútbol»
Benjamín Lana | Vicepresidente de Madrid Fusión

«Hay más personas interesadas en las cosas del comer que en el fútbol»

Benjamín Lana / Vicepresidente de Madrid Fusión ·

La Academia cierra hoy su ciclo, a las 19 horas, con una ponencia sobre la gastronomía como industria cultural

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Lunes, 3 de diciembre 2018

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Explica el periodista Benjamín Lana, vicepresidente de Madrid Fusión y presidente de la división de gastronomía de Vocento -que hoy cierra el ciclo de conferencias de la Academia Riojana a las 19 horas en Ibercaja-, que el mundo de la gastronomía ha comenzado a tener los rasgos y las formas de una industria cultural de masas: «Hay más personas interesadas por las cosas del comer que por el fútbol; hasta hace muy poco tiempo esto parecía imposible e impensable».

-¿Cómo surge este fenómeno tan transversal en la sociedad?

-La idea de las industrias culturales nació con Adorno en los años cuarenta al definir los sectores que producían bienes y servicios por lo general intangibles y que tenían que ver con la creación, el arte, el diseño o el entretenimiento. Muy relacionado con todo ello se encuentra lo que comenzó a denominarse como cultura de masas de los años sesenta y setenta. En estos momentos, la gastronomía, los restaurantes y todo lo que les rodea ha evolucionado hasta tal punto que comienza a parecerse a una industria; es decir, ya no es sólo una actividad dirigida exclusivamente a aquellas personas que visitan restaurantes y que comen, sino que alrededor se ha creado un producto comercial y de entretenimiento que ya no se explica ni tan siquiera por una relación con alimentos reales. Existen nuevos productos alternativos y tienen que ver con la propia naturaleza de la gastronomía, que es un contenido blanco, universal y accesible a todo el mundo y a distintos niveles, que además se ha relacionado muy bien con las nuevas herramientas comunicativas como son las redes sociales, la televisión o el cine.

Cocina y medios «La televisión ha adoptado a la gastronomía como una de sus fuentes desde muchas perspectivas»

-¿De qué forma explica el fenómeno de los programas televisivos?

-La televisión ha adoptado a la gastronomía como una de las fuentes de producción desde muchas perspectivas: los cocineros como nuevas figuras mediáticas relevantes; famosos en 'reality shows' que entran en el mundo de los chefs; programas de recetas con distintos formatos, debates... Pero, además, por la vía intelectual están triunfando programas más serios con documentales de enorme calidad y rigor. En algunas de las cadenas de producción de contenidos audiovisuales tipo 'Netflix' algunas de sus producciones más relevantes están relacionadas con este mundo.

«La alta cocina ha traído la creación a la gastronomía»

Lana explica que la alta cocina o la cocina de vanguardia tiene una relación con la comida popular como «la que mantienen la fórmula uno y los utilitarios. Aunque uno nunca pilote un coche de competición, lo que sucede en ese mundo resulta atractivo e interesante. La alta cocina ha ejercido un papel muy importante en la generación de esta cultura de masas que ha propiciado una industria, ya que ha permitido llevar al entorno de la gastronomía la figura de la creatividad, esto ha supuesto el nacimiento de lo nuevo y la elevación de categoría; ha pasado de ser artesanía a tener aspiraciones de convertirse en un fenómeno mucho más creativo. En el momento de la revolución de Ferran se alejó de la cocina tradicional, pero en otros periodos ha sido exactamente al revés».

-¿Dónde radica el interés por la cocina?

-Porque el hecho gastronómico es un contenido transversal desde el punto de vista ideológico, universal porque todas las personas tienen una opinión sobre los alimentos y la cocina, de forma independiente de su edad, sexo o nivel de información. Al final son contenidos que de una manera u otra pueden interesar a un gran especialista o a una persona con conocimientos gastronómicos mucho más limitados. Es curioso, hay más personas interesadas por las cosas del comer que por el fútbol; hasta hace muy poco tiempo era imposible encontrar otro tipo de contenido tan universal como el gastronómico a la hora de llegar a capas de la población tan enormes. Con todo esto se está armando poco a poco una industria que se empieza a parecer a lo que fue el cine de Hollywood en la primera mitad del siglo XX. Están los actores, que serían los cocineros, y alrededor de ellos se genera una industria que son los productores, los congresos de cocina, los eventos, los festivales. Tanto es así que un cocinero, si se lo propusiera, podría tener más 'bolos' que una estrella del rock.

Industria cultural «Se está armando una industria que se parece a lo que fue Hollywood en la primera mitad del siglo XX»

-La cocina y los cocineros omnipresentes en todos los lados...

-Ha llegado hasta el punto de que la comida ha superado la idea de responder sólo a los estímulos habituales de la industria audiovisual (imagen y sonido) hasta convertirse en uno de sus principales protagonistas sin tener una experiencia ni parecida con la realidad. Por ejemplo, uno puede disfrutar de un concierto de la Escala de Milán con sistemas de audio y vídeo de una calidad extraordinaria. No es igual que estar allí, pero se le parece mucho. Sin embargo, ver un vídeo de comida o una imagen propicia una relación meramente intelectual y ajena radicalmente al hecho de comértela. Está triunfando la idea de fotografiar la comida creando una fantasía o una realidad alternativa para aquellos que no quieren cocinar o que no pueden o no quieren pagarse esos restaurantes. Hay gente que mantiene una relación muy estrecha con este mundo y que jamás irá a uno de estos sitios a probar la comida que mira en fotografías.

-¿Dónde cree que desembocarán estos procesos?

-Todos estos fenómenos están ahora en plena combustión y todavía no se ha decantado y no se sabe muy bien en qué van a quedar. Tienen defensores a ultranza y críticos muy duros. Estamos viviendo uno de los cambios tectónicos sociales más importantes de los últimos tiempos. No creo que exista ninguna otra disciplina artística, de masas y de entretenimiento que en tan pocos años haya sido capaz de concitar un interés similar entre tantos segmentos de la población.

-¿Dónde sitúa el nacimiento de este fenómeno y especialmente en el vínculo con la sociedad de masas?

-Es progresivo y no ha llegado a todos los países al mismo tiempo. Es un signo de un estado del bienestar determinado y comienza con la creatividad de los cocineros, que son en los que se puede localizar la generación de estas revoluciones. Arrancó en la 'Nouvelle cuisine' francesa hace más de cuarenta años, pero fue la aparición de Ferran Adrià lo que creó el mercado global de la gastronomía en el que se generó una especie de único escenario, en el que todo lo que ocurre se sitúa a la vista de todo el mundo. Una de las herramientas en las que se basa este desarrollo tiene que ver por una parte con que la tele descubre este mundo y además se vincula a la industria de la alimentación. En paralelo, se sitúa el desarrollo de la sociedad digital y la socialización, que creo que es la otra parte. Lo que sucede con Ferran es que a partir de él la cocina es un fenómeno globalizado en un escenario mundial. Los Rolling Stones vivieron el mismo desarrollo, pasaron de ser un fenómeno de carácter local a ser un grupo universal. En la cocina está sucediendo lo mismo y todo está en estos momentos en plena ebullición.

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