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En Los Cucharones, de Pradillo. Alejandro Sáenz, Merche Domingo y Anna Terés (d.), con Yacquelin y Ricardo, cocineros del restaurante de Pradillo. Pablo García Mancha
En busca del pincho perfecto

En busca del pincho perfecto

Un viaje con uno de los grupos del 'jurado volante' del Concurso de Pinchos para conocer los métodos de valoración de cada creación

PABLO GARCÍA MANCHA @PabloGMancha

Viernes, 22 de febrero 2019

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De los 89 pinchos de toda región que se han presentado al el XVIII Concurso de Pinchos de La Rioja, solo diez podrán pasar a la final que se celebrará el próximo sábado dos de marzo en Riojafórum. Así que como todos los años, La Rioja Capital ha organizado un jurado calificador en varios grupos 'volantes' que durante distintos fines de semana prueban cada una de estas pequeñas maravillas gastronómicas para dar con los diez que llegarán a manos del jurado final. Tuve la suerte de vivir esta experiencia el pasado sábado 'empotrado' en una expedición con tres verdaderos maestros de la cocina: Alejandro Sáenz, de la Micológica riojana; Anna Terés, cocinera, y Merche Domingo, profesora de cocina de la Universidad Popular. En una pequeña camioneta partimos hacia Pradillo, al restaurante 'Los Cucharones', de Ricardo y Yacquelín, en el que los miembros del jurado probaron una oreja de cerdo cocida, rebozada y frita, con pimiento verde frito pelado. Una verdadera maravilla. Se valoran los siguientes parámetros: la presentación (30%), sabor (50%) y una impresión general (20%). También se califica como pincho tradicional y capital, y como novedad este año, el servicio del propio local, en el que se tiene en cuenta desde la limpieza hasta el trato que se dispensa en el bar a los parroquianos. El grupo partió hacia Nalda, donde esperaba un tigretón salado en el bar Ruta 51, que es el de las piscinas. Un pincho de una extraordinaria presentación y que lleva estos ingredientes: panceta ibérica, nata, pimentón de la Vera, pimientos del piquillo, fritada, oblea de barquillo y pan de molde enrollado como los famosos pastelitos. Los tres miembros del jurado valoraron el esfuerzo y la originalidad de la creación gastronómica: «No es fácil innovar en un pincho y menos hacer una recreación de un pastel para concursar desde un bar de unas piscinas», explicó Merche. Y desde allí a Logroño, con cuatro locales como destino: Tolmay (Tosta de solomillo al cognac, elaborado con solomillo de cerdo); Juan Lobo (Tiempo muerto, un original pincho evocador de las sierras de La Rioja que lleva bacalao, lecherillas, borraja, patata, aceite de oliva y pan); Ajo Negro (con una quesadilla de chorizo en la que se unen las tradiciones gastronómicas de La Rioja y México y que está elaborada con chorizo ibérico, queso de Cameros, maíz y tomatillo verde mexicano) y para terminar Valonsadero, que ha presentado un bocadito de torrezno, con panceta adobada, caldo de carne y verduras pochadas. ¡Un disfrute máximo!

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