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El alfareño Félix Jiménez consigue una Estrella Michelin para su Kiro Shushi

El alfareño Félix Jiménez consigue una Estrella Michelin para su Kiro Shushi

Jiménez abrió el restaurante japonés en Logroño hace poco más de dos años | Paniego (dos en El Portal del Echaurren) y Echapresto (una en la Venta de Moncalvillo) mantienen su estrellas

Inés Martínez

Logroño

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Miércoles, 22 de noviembre 2017

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Cuando la paciencia, la concentración, la calma, la delicadeza, la templanza, el detalle se adueñan de un restaurante, pasa lo que pasa. Que consigue una Estrella Michelin en poco más de dos años. Es lo que le ha ocurrido al alfareño Félix Jiménez en su Kiro Shushi, un proyecto más que personal en el que el cocinero ha puesto su alma.

La noticia se conoció este miércoles en la gala que la Guía Michelín celebró en Tenerife y en la que, además de la Estrella para Kiro, los cocineros riojanos Francis Paniego e Ignacio Echapresto, mantuvieron las ya conseguidas en ediciones anteriores: el Portal del Echaurren (Ezcaray) mantiene su segunda Estrella y la primera de Riscal (Elciego) y Venta de Moncalvillo continúa con el brillo que supuso su entrada hace siete años en la élite de la cocina española. Francis Paniego continúa también con la estrella ganada por el restaurante de Marqués de Riscal.

El sueño de Félix

Lo decía él mismo a las pocas semanas de inaugurar el restaurante, explicaba cómo para él su vida era el proyecto Kiro. Primero fue dar con el local perfecto, pasó meses buscándolo. Luego la decoración perfecta (puro Japón). Luego, una vez abierto, conseguir la pieza de pescado perfecta, el corte perfecto, el puñado de arroz perfecto. Una experiencia en Kiro es una experiencia de silencio, sabores, olores y de observar. Es una de las magias del este espacio: el comensal se queda absorto con los movimientos lentos, controlados y calculados de Félix al cortar, al presionar, al colocar. Nada se deja al azar.

10 comensales y frente a ellos, el cocinero. Atrapado por los productos y por el cuchillo, contesta si le preguntas alguna curiosidad, pero si no, él a los suyo. Entra casi en trance.

Kiro Shushi no puede ser más Japón. Cruzar la puerta del restaurante es viajar 10.000 kilómetros hasta allí donde Félix se formó, donde pasó semanas haciendo puñados de arroz hasta que su maestro consideró que la técnica estaba depurada. Donde decidió que iba a ser Logroño, la capital de su tierra, donde iba a asentar su sueño. Muchos le dijeron que estaba loco, que aquello tan especial y tan diferente no iba a funcionar. Lo reconocía hace unos meses a esta redactora. Pero también reconocía, con la humildad que le caracteriza, que él estaba seguro de que tenía que ser así y ahí. Y de que iba a ir bien.

Un sueño que se hizo realidad a los pocos meses de abrir, cuando la lista de espera para los fines de semana no paraba de crecer y que ahora, con esta Estrella Michelin, lo hace más grande.

Estrellas riojanas que se mantienen

La de Kiro Shushi no es la única estrella que llega a La Rioja, aunque sí la primera para la capital riojana, Logroño.

Francis Paniego mantiene su segunda estrella en El Portal del Echaurren (Ezcaray) y la primera de Riscal (Elciego) e Ignacio Echapresto continúa con el brillo que supuso su entrada hace siete años en la élite de la cocina española.

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