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Sergio Moreno Laya
Martes, 16 de mayo 2017, 09:28
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En su proceso de aprendizaje hacia las cocinas profesionales, a buen seguro estos alumnos de cocina del Basque Culinary Center jamás olvidarán una prueba que debieron superar hace una semana. Cinco fueron los finalistas después de un intenso proceso de selección. Cinco alumnos de cocina, cinco futuros chefs, cinco profesionales creativos que debieron hacer un aprendizaje profundo sobre el vino para establecer, primero, un maridaje entre su plato y el vino elegido, y después, y por primera vez, introducir el vino como un elemento más de la receta, a modo de nuevo ingrediente. «Por tanto, podemos asegurar que estamos ante la edición más complicada del Reto Azpilicueta, que ya cumple su quinta edición», explicó Elena Adell a un selecto grupo de invitados (cocineros, periodistas, influencers, expertos en redes sociales, blogueros...) que el pasado viernes 5 de mayo se citaron en el Basque Culinary Center para disfrutar de este evento que pone de manifiesto la unión eterna entre la alta cocina y Rioja.
El ganador de esta quinta edición (4.500¤ para su formación en el BCC) fue Paolo Herranz y su Aguachile de viura, un plato de honda raíz mexicana inspirado en el ceviche y elaborado sobre una tostada de maíz artesanal, con el gesto definitivo de usar el vino para elaborar esta masa. El objetivo de Paolo Herranz fue conseguir una propuesta singular que maridase a la perfección con su vino seleccionado, el Azpilicueta Blanco 2016: un vino elaborado con uvas 100% variedad viura, refrescante, perfumado, envolvente y de gran longitud.
El premio del público, elegido en votación por parte de todos los asistentes a esta cena, fue para Ainhoa Berasategui y su Ravioli Rosado de Azpilicueta (con Azpilicueta Rosado). Este reconocimiento permitirá a su autora disfrutar de una sorprendente experiencia gastronómica en el Hotel Gastronómico Echaurren, cuyo restaurante está dirigido por el chef Francis Paniego, que ostenta dos estrellas Michelin. Será un fin de semana inolvidable.
El resto de platos finalistas fueron el Ravioli Rosado de Azpilicueta (con Azpilicueta Rosado) de Ainhoa Berasategui; La anguila que marida (con Azpilicueta Crianza) de Daniel Martínez; Versión de conejo de orza (con Azpilicueta Origen) de María Cenamor, y el postre ADN del vino (con Azpilicueta Reserva) de Mariana Zibara.
«Tenemos la sensación de que ha sido el que más ha arriesgado, y lo ha hecho con mucho sentido. Su plato, además de estar lleno de sabores y de matices, tiene mucho sentido», explicó Francis Paniego, del Echaurren. El chef riojano compartió mesa principal con el resto del jurado formado por Elena Adell, enóloga de Azpilicueta; Philippe Ortega, director general Comercial y de Marketing de Pernod Ricard Bodegas; y Ángel Fernández, docente del Basque Culinary Center. Hubo unanimidad en la elección, «es un plato arriesgado, muy original y que ha sorprendido al jurado por su armonía y equilibrio con Azpilicueta Blanco», tal y como explicó Elena Adell.
Un total de 79 alumnos de segundo curso del Grado en Gastronomía y Artes Culinarias del BCC han participado en este reto. Azpilicueta mantiene el espíritu de mecenazgo de su creador, Félix Azpilicueta, y fortalece su compromiso con la formación.
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