Adiós, Soldado

El mítico Soldado de Tudelilla se despide de sus clientes, a los que dejará sin sus ensaladas de tomate, sus bocadillos de sardinas y sus pinchos de queso y embutidos a partir de mañana.

Los inicios de este emblemático lugar comenzaron en la calle Laurel allá por 1947, para pasar después a la actual ubicación en San Agustín en 1987, pero el lugar daba igual. La calidad y la profesionalidad no cambiaron ni un ápice.

«Las tropas hosteleras de La Laurel en agradecimiento a los 55 años de combate de Manolo García Nájera, el soldado que tuvo por armas sardinillas y guindillas y batalló por preservar el vino en porrón». Así reza la placa de reconocimiento con la que la Asociación de Hosteleros de la Zona de Laurel ha querido homenajear hoy a quien durante décadas ha regentado 'El Soldado de Tudelilla', Manolo, que vivirá mañana su último día tras la barra.

«Me siento muy bien, muy a gusto, muy arropado por toda esta cuadrilla de amigos...», ha dicho quien ha explicado que estos días, desde que trascendiese su jubilación y, por el momento, el cierre de su establecimiento, ha ido contando los días que le faltaban «como en la mili: uno menos, otro menos...». García ha agradecido el gesto a todos los presentes, alcaldesa de Logroño incluida, y ha dicho que su único secreto ha sido «querer trabajar» y «estar rodeado de buen gente».

Hoy, Manolo García echa el cierre y recibirá un homenaje de sus compañeros de profesión y de muchos clientes, tristes por la pérdida de los manjares y la amabilidad del lugar. «Manolo, una celebridad logroñesa en su ámbito, pertenece a un acreditado linaje de taberneros del que presume orgulloso, avisa mientras trasiega entre botellas y echa un ojo a la siguiente ración de huevos con patatas que se avecina. Las legendarias bandejas que se disponen a entonar el adiós», contaba Jorge Alacid en un reportaje publicado en Diario LA RIOJA hace unas semanas.

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